El 15 de septiembre de 2008 el mundo quedó en vilo ante la declaración formal de quiebra de uno de los mayores bancos de inversión de la historia: Lehman Brothers. Su pecado: inversiones de riesgo en hipotecas subprime derivado de una regulación laxa en el mercado hipotecario estadounidense debido, entre otras causas, a la derogación de la Ley Glass-Steagall. Ello permitió crear instrumentos financieros complejos a partir de las hipotecas de los clientes, los llamados derivados financieros, los cuales fueron vendidos a inversores debido a la falsa creencia de que eran productos sólidos. Sus efectos se trasladaron por todo el mundo con ejecuciones hipotecarias y el colapso de instituciones financieras estadounidenses como AIG, Merrill Lynch o Bear Stearns y europeas como el alemán IKB Deutsche Industriebank o los españoles Bankia y Cajasur, entre otros. Con el fin de solventar el colapso financiero los gobiernos de los distintos países rescataron a los bancos y se introdujeron medidas a nivel mundial con el fin de evitar nuevos riesgos sistémicos, como los Acuerdos de Basilea III.
Aproximadamente hace unas semanas (el 10 de marzo de 2023), el Silicon Valley Bank se declaró formalmente en quiebra, por lo que el organismo supervisor de los bancos en California pasó a administrar el banco. La paradoja es que el mes pasado, concretamente el 14 de febrero de 2023, la lista Forbes lo había declarado como uno de los 20 mejores bancos de EE. UU. Entre los economistas apuntan que el desplome ha sido debido a las inversiones del banco en bonos de renta fija que, a consecuencia de la subida de los tipos de interés, han perdido valor. Esto no hubiera supuesto un problema si el banco pudiera haber mantenido estos bonos durante varios años. Sin embargo, sus clientes (la mayoría start-ups tecnológicas) han tenido que echar mano de sus ahorros debido a la falta de liquidez en sus empresas. En consecuencia, el banco ha vendido los bonos a pérdida, lo que ha originado el colapso y la entrada de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, con el objetivo de asegurar los depósitos de los clientes.
Los fantasmas de la crisis financiera de 2008 vuelven a asomarse en el horizonte. En un contexto de inflación generalizada, una guerra que parece no acabar y una pandemia cuyos efectos todavía parecen hacerse notar en la falta de oferta de materias primas, este revés en la economía puede ser la gota que colma el vaso. En la economía capitalista hay dos errores que no se pueden cometer: el exceso de confianza y la falta de previsión. Estos errores ya se cometieron en la crisis anterior y todo apunta a que se van a repetir en el 2023. Joe Biden anunció que no iba a haber efecto contagio, como anunció en su día el presidente estadounidense George W. Bush. Sin embargo, el banco suizo Credit Suisse ha sido adquirido por el primer banco del país, el UBS, por 3.250 millones de dólares, a fecha de 19 de marzo de 2023. Tendremos que preguntarnos si será la primera carta del castillo de naipes en caer. El tiempo dirá.
Autor: Jaime Orts. Comisión de Jóvenes Economistas, Colegio de Economistas de Huelva