La vicepresidenta de AEALCEE, Micaela Aguinaga, traslada 3 preguntas que se hacen frecuentemente los estudiantes a los que representa a nuestra secretaria general técnica, Sara Argüello.
¿Cuáles son los principales retos actuales para la profesión de economista en España?
Vivimos en un entorno marcado por cambios económicos, sociales, tecnológicos y medioambientales muy rápidos, por lo que quienes nos dedicamos al análisis y la gestión económica y empresarial debemos asumir que el cambio es hoy nuestro marco habitual de trabajo, no una amenaza. Esto implica dominar herramientas tecnológicas que permitan analizar grandes volúmenes de datos —como Python, Excel avanzado o Power BI— y tener nociones imprescindibles de ciberseguridad; entender cómo piensan consumidores, inversores y ciudadanos a través de la economía conductual; comunicar la economía con un lenguaje accesible, lo cual, además de ser un reto, representa una gran responsabilidad; y ser capaces de valorar el impacto social de las decisiones económicas, especialmente al asesorar sobre estrategias sostenibles. Todo ello sin perder de vista el análisis del cambiante contexto internacional.
¿Qué habilidades blandas consideras más importantes para un economista en el mercado actual?
En relación con lo que comentaba en la pregunta anterior… el pensamiento crítico creo que podría ser la habilidad que más valoraría en una profesión como la nuestra. Todo, absolutamente todo, guarda relación con la economía y se ha de aprovechar el conocimiento de los conceptos que estudiamos (en una profesión como la nuestra no dejamos de estudiar nunca) para discernir y no perderse en lo no importante o en discursos “guiados”. A partir de aquí… sentido común, saber trabajar con otras personas, tener una actitud positiva y resolutiva en el trabajo, saber expresarte sin miedo pero sin ser arrogante… y, en definitiva, ser una persona “normal”.
¿Cómo puede un estudiante destacar en un mercado laboral cada vez más competitivo?
Hoy en día, los despachos y las empresas no regalan nada, pero sí premian a quienes entienden que el título universitario es solo el punto de partida, no la meta. Por eso, os animo a tener actitud, iniciativa y ganas incluso antes de terminar el grado, y a seguir formándoos más allá del aula, porque marcar la diferencia muchas veces depende de aprender aquello que la mayoría no se molesta en conocer. Sed humildes, pero ambiciosos, y no perdáis nunca las ganas de aprender ni de aportar valor. Aunque no me considere el mayor ejemplo, sí os recomiendo trabajar vuestro perfil profesional en LinkedIn: es una carta de presentación online y masiva para muchas empresas que buscan talento como el vuestro. Estáis estudiando en un momento apasionante para la profesión, pero también muy exigente. Necesitamos economistas valientes, con visión multidisciplinar y capacidad para afrontar transformaciones. Os animo a empezar a desempeñar ese papel desde ya.
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