Como economista y entusiasta de las nuevas tecnologías, y por continuar con el último post de la comisión de jóvenes economistas, quería comentar por qué veo yo que el lienzo de nuestra profesión se ha expandido con los colores vibrantes de la tecnología y las múltiples oportunidades que el mundo de la inteligencia artificial nos abre a los profesionales que dedicamos nuestra vida profesional a la economía y a la empresa. Quiero llamaros la atención sobre dos aspectos cruciales que sucederán para aquellos nuevos Economistas que adquieran esta doble competencia [ECONOMÍA +INTELIGENCIA DIGITAL]:
I. La fusión del perfil económico con habilidades en Inteligencia Digital es como un billete dorado en el mundo laboral. Este combo tecnológico es como el café por la mañana: esencial. Las empresas buscan incansablemente a profesionales que no solo entiendan de números, sino que también sepan cómo estos se pueden manipular, predecir y optimizar mediante algoritmos y datos. La verdad sea dicha, si dominas alguna tecnología con la misma fluidez con la que discutes sobre inflación y tipos de interés, ¡enhorabuena! Estás en el grupo selecto que puede afirmar que el pleno empleo es una realidad palpable.
II. La escalera corporativa de ayer era más estable, pero también más lenta. Hoy, las nuevas posiciones están en plena ebullición. Aquí no hay techo de cristal ni escalones desgastados por el paso del tiempo; la innovación es el motor que impulsa el ascenso. Puede que ahora seas un analista, pero en unos años, con la velocidad que se mueve el sector, podrías estar liderando un equipo de especialistas en ciberseguridad o en análisis predictivo. Las oportunidades de crecimiento son tan amplias que te podrías encontrar dirigiendo una división entera antes de que aprendas a decir “blockchain” sin titubear.
En este contexto, nuestra misión como economistas no es sólo interpretar el mundo, sino transformarlo. La adaptabilidad y el aprendizaje continuo son nuestras armas más poderosas en este nuevo terreno de juego. Para aquellos que recién se adentran en el campo de la economía, quiero decirles: el futuro es vuestro, tan brillante como una hoja de cálculo bien hecha. ¿Y quién sabe? Quizás en unos años, seréis vosotros los que estéis al frente de un webinar, explicando cómo es que la economía y la tecnología se han entrelazado para crear algo magnífico.
Así que, jóvenes economistas, es hora de programar nuestro propio futuro. Aprendamos de tecnología, hagamos que los algoritmos trabajen para nosotros y, por qué no, dejemos que nuestros análisis económicos sean tan predictivos como las sugerencias de Netflix. Al fin y al cabo, si la economía fuera predecible, ¡todos seríamos ricos! Con un pie en las raíces de nuestra ciencia y otro en la innovación tecnológica, somos más que economistas: somos arquitectos de la nueva realidad digital. Y mientras algunos ven incertidumbre, nosotros vemos una oportunidad con nuestro nombre escrito en código binario. Recuerda, nuestro futuro profesional está lleno de nuevas oportunidades.
¡Es hora de dar el salto!
Manolo Ramón, miembro del consejo directivo de REDIGITAL, registro de economía y transformación digital del Consejo General de Economistas de España